quarta-feira, 12 de janeiro de 2022

Lince ibérico: radiografía de un renacimiento

En 2002 solo quedaban 92 linces ibéricos en España. Ahora ya son 1.111 según el último censo del Ministerio para la Transición Ecológica.
🎥 © By National Geographic España
📸 © By National Geographic España
David Miranda | Andújar (Jaén)
Los colores primaverales inundan la montaña de Andújar mientras el río Jándula traza sus curvas a través de Sierra Morena. El calor de Andalucía se deja notar en la mañana despejada, una oropéndola canta desde la lejanía, los buitres sobrevuelan la montaña a velocidad de crucero mientras, desde una posición privilegiada en lo alto de una encina, el furioso revoloteo de una urraca alerta al resto de vecinos de la llegada de Nigeria, una de las hembras de lince ibérico (Lynx pardinus) que residen de manera permanente en la finca El Encinarejo.
Sus andares, descarados e hipnotizantes, dejan entrever una seguridad que intimida al resto de habitantes de la finca. Está en lo más alto de la cadena trófica y lo sabe, así que se permite un descanso en la sombra antes de comenzar su ronda de vigilancia en busca de presas con las que llenar el estómago.
A pesar de su cautivadora estampa, el lince ibérico nunca está exento de compromisos: desde hace años, la población de conejos ha descendido drásticamente en el suroeste de la península Ibérica y eso ha repercutido en la capacidad de cría de madres como Nigeria. Si no hay conejos el lince se busca la vida para sobrevivir, pero no cría cachorros. Ese detalle, en una población tan mermada, es sinónimo de problemas.
Nigeria sigue su camino entre los claros de la finca como si de la estrella de una pasarela se tratara; observa, huele y escucha, sobre todo escucha, pero no encuentra. La escandalosa urraca le regala un último baile que no es correspondido. El lince no tiene ganas de guerra ni tiempo que perder. Su silueta se cuela entre los matorrales donde posiblemente le esperen sus cachorros, los representantes de una nueva generación de linces ibéricos destinada a dar un paso de gigante por su especie contra la extinción.
Nigeria da un paseo matinal en busca de conejos en El Encinarejo | 📸 © CBD-Hábitat
Las claves del éxito
La población de lince ibérico (Lynx pardinus) ha superado ya los 1.000 ejemplares, una cifra que la sitúa como especie en peligro de extinción según la Lista Roja de Especies Amenazadas que elabora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), pero mantiene una tendencia de crecimiento constante desde hace dos décadas. En 2002, cuando únicamente 94 ejemplares resistían los envites de la extinción, la situación era límite: sólo quedaban dos poblaciones estables de lince en la península Ibérica, una en el Parque Nacional de Doñana y otra en la sierra de Andújar.
Recuperar una especie tan mermada requería de un esfuerzo titánico a todos los niveles y cada engranaje tenía que funcionar a la perfección. La Unión Europea, a través de los proyectos LIFE, dio el impulso económico a una carrera contrarreloj en la que muchos aportaron su granito de arena: desde entidades como la Fundación CBD-Hábitat a los ganaderos de la zona, pasando por cazadores, propietarios de fincas y vecinos. Que hoy el lince ibérico haya aumentado su población hasta más de un millar de ejemplares, resida tras la frontera de Portugal y cuente con unos núcleos poblacionales lo suficientemente fuertes como para evitar la endogamia no es fruto de la casualidad, sino un ejemplo de resistencia y trabajo bien hecho. Pero el camino no acaba aquí.
EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN DE LINCE IBÉRICO DESDE 2002
Vislumbrando el futuro
"Andújar es la joya de la corona para el lince. Cuando se hizo el censo diagnóstico hace 20 años el resultado fue dramático: la población que quedaba en Doñana estaba al límite y llevaba décadas aislada, por lo que había una endogamia brutal. La poca diversidad genética que tenía la especie estaba en Andújar y en el primer proyecto LIFE se llevó a cabo el reforzamiento genético en Doñana con algunos linces de Andújar que se trasladaron allí" cuenta Javier Salcedo, coordinador regional del plan de recuperación del lince ibérico en Andalucía y director del proyecto LIFE Lynx Connect. Fueron los inicios de una recuperación milagrosa.
En la actualidad, los linces que aún resisten en Andújar no solo comparten territorio con águilas imperiales y buitres negros, sino que también han dado la bienvenida a una especie que encarna la resistencia como pocas: el bisonte europeo (Bison bonasus), del que hace pocas semanas nació el primer ejemplar de Andalucía. Si Nigeria pasea hoy tranquila entre matorrales es en gran parte gracias a la labor de conservación llevada a cabo por los propietarios de las fincas privadas de la zona que durante años también cuidaron al lince cuando su situación era aún más precaria.
El poder de los valores
Alex y Jess Hohne llegaron hace hace poco más de dos años a Sierra Morena con un objetivo muy claro, donde tanto el lince ibérico como el bisonte europeo juegan un papel fundamental: "si traes a la gente al campo y no la impregnas de unos valores se van sin una lección. Tienes que hacer que vean, disfruten y respeten el campo, que se involucren en la naturaleza, que aprendan. Estamos muy agradecidos de colaborar con proyectos como el de CBD-Hábitat, con los bisontes o con la caza responsable para mejorar el campo, así es como se pueden salvar las especies mejorando el ecosistema", añade Alex Hohne.
Ambos son los propietarios de El Encinarejo, una finca de cerca de 1.000 hectáreas en la que residen 17 bisontes, además de Carraca, Nigeria y Feroz, 3 de los 1.111 linces ibéricos contabilizados oficialmente en el último censo publicado en mayo de 2021 por el Ministerio para la Transición Ecológica. Samuel Plá y Nuria El Khadir trabajan mano a mano con ellos desde la Fundación CBD-Hábitat para que estos tres ilustres residentes de El Encinarejo se encuentren cómodos en su hábitat.
El gran gato del monte mediterráneo
Lince ibérico | 📸 © CBD-Hábitat
La población de estos gatos –como se les conoce cariñosamente entre los encargados de su recuperación– se ha multiplicado por diez en menos de 20 años. Esto ha sido posible gracias al trabajo de muchos actores coordinados entre sí bajo el manto de los proyectos europeos: si en el primer LIFE el objetivo era mantener la especie, en los siguientes se han creado diferentes núcleos poblacionales a lo largo y ancho de toda Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha. El éxito de reintroducción del lince también lo ha llevado a asentarse más allá de la frontera con Portugal en las tierras colindantes al valle del Guadiana. Su hogar se ha expandido.
Tanto la Junta de Andalucía como la Fundación CBD-Hábitat llevan trabajando con estos felinos desde hace más de dos décadas, tiempo suficiente para convertirse en los ángeles de la guarda de la especie. Mediante asesoramiento y trabajo de campo, la Fundación CBD-Hábitat funciona como el pegamento que une todas las partes implicadas en la conservación del lince desde el primer día: tanto la Junta de Andalucía como los propietarios privados con los que establecen acuerdos de colaboración confían en que el lince se recupere a través del respeto y la constancia.
"Se comenzó hablando con la propiedad privada porque ahí estaban los últimos ejemplares de lince ibérico. Se hicieron los proyectos de conservación con otras ONGs, empresas, cazadores… es decir, todo el colectivo que trabaja en el campo se juntó para recuperar a la especie. Con otras especies hemos hecho lo mismo, trabajando directamente en el terreno", explica Nuria El Khadir, directora general de CBD-Hábitat.
Esta ONG no solo trabaja en la recuperación del enigmático felino, sino que también lleva a cabo proyectos de conservación con necrófagas, está desarrollando un modelo de ecoturismo sostenible en Guinea-Bissau y actúa para preservar la foca monje del Mediterráneo (Monachus monachus) en Cabo Blanco, entre Mauritania y Marruecos. Su trabajo con el lince ibérico desde hace dos décadas les ha aportado la experiencia suficiente como para que desde Mongolia se hayan interesado en sus prácticas para preservar otra icónica especie de felino de nuestro planeta, el leopardo de las nieves (Panthera uncia), que domina las montañas del Himalaya.
En la actualidad, el proyecto LIFE que ocupa el tiempo de biólogos, veterinarios y técnicos de campo es Lynx Connect. Tras el éxito demostrado del LIFE anterior, denominado Iberlince, la Unión Europea acordó destinar en 2020 un total de 18,5 millones de euros para subir otro escalón en la carrera contra el tiempo que supone la extinción.
Los 21 socios que componen este último plan de desarrollo pretenden alcanzar una población autosostenible y genéticamente viable de la especie mediante la conexión de los núcleos existentes en España y Portugal para que, de este modo, los corredores biológicos permitan la transición de los linces de una especie "en peligro" a un estado "vulnerable" según la UICN.
Hasta el último detalle
"El lince no termina de recuperarse por el descenso tan drástico en la población de conejos desde los años 80. Hemos estado trabajando en mejoras de hábitat, con control exhaustivo de las poblaciones de conejo, pero es un tema complejo y según a quien le preguntes te dará diferentes opiniones. En la parte noreste de España hay un tipo de conejos y en la suroeste hay otro, y parece que últimamente la población del conejo de la parte noreste va creciendo y la del suroeste va mermando" explica con preocupación Samuel Plá, técnico de campo de CBD-Hábitat.
El lince ibérico es un especialista en conejos, en los que basa el 90% de su dieta. Sin embargo, las enfermedades están comprometiendo las poblaciones de estos lepóridos en la franja sur de la península, una especie clave para el funcionamiento de los ecosistemas mediterráneos. Una nueva variante de la enfermedad hemorrágica del conejo (RHDV) está haciendo que el descenso de las poblaciones de conejos sea tan dramático que los linces lleguen al extremo de dejar de criar si no pueden alimentar a su camada.
Un lince llena el estómago en lo alto de una roca | 🎥: Getty Images vía Wibbitz
Estos felinos son capaces de alimentarse de perdices o incluso corzos si se da un caso de extrema necesidad, pero la eficiencia trófica se desequilibra, lo que indica que no es la situación idónea: necesitaría comer en torno a 7-8 perdices –más difíciles de cazar y menos nutritivas– para cubrir el mismo gasto energético que cazando un conejo, su ración diaria. Es por ello que, dadas sus dotes como superdepredador, en ocasiones opte por los pequeños ungulados como base de su alimentación a lo largo de varios días.
El reto económico y logístico de aumentar la población de conejos se enfrenta a un problema: el proyecto LIFE Lynx Connect focaliza sus esfuerzos en conectar las poblaciones de linces, no en hacer crecer las ya existentes. Y eso para la sierra Andújar significa incertidumbre.
La clave de la supervivencia
"Estamos en el epicentro de la salvación del lince, en la zona madre. Si tuviésemos que abandonarla me parecería un drama dentro del éxito constatado del proyecto", recalca Samuel Plá. La escasez de conejos ha llevado a ejemplares a migrar a lo largo y ancho de la península en busca de ecosistemas idóneos para su supervivencia.
En el caso de Litio, este ejemplar con tendencias viajeras apareció en las inmediaciones de Barcelona en perfecto estado de salud a mediados de 2018 proveniente del valle del Guadiana, en Portugal. No es extraño que los linces emprendan viajes en solitario, por eso es fundamental llevar a cabo dos estrategias: la primera es conectar todas sus poblaciones, de manera que puedan encontrar acomodo y posibles parejas reproductivas según se van moviendo; la segunda es la monitorización constante de los ejemplares mediante los collares de radioseguimiento y GPS para conocer mejor sus tendencias de movimiento. Según crece la población, nuevos desafíos se abren paso.
"Utilizamos dos tipos de collares: los de radioseguimiento en frecuencia VHF que se controlan con las antenas, y los collares GPS. Estos últimos dan mucha información y son muy útiles para monitorizar a los ejemplares migrantes, pero son más caros y la batería no suele durar más de un año. Los de radio son mucho más baratos, aunque obligan a estar al campo y requieren más esfuerzo de personal", apunta Carmen Rueda, bióloga de la Fundación CBD-Hábitat.
Infografía: elaboración propia | Imágenes: iStock
Unas motas únicas
Cada día se conoce mejor al lince, su dieta y sus movimientos. Se sabe tanto de la especie que prácticamente todos los ejemplares de la península Ibérica están identificados mediante un método tan curioso como efectivo: el patrón de sus motas.
Los linces tienen unas manchas muy características en el lomo que funcionan de manera similar a las huellas dactilares en el ser humano: nacen con ellas y mantienen el mismo patrón moteado hasta el final de su vida. Eso permite su identificación durante la época de cría para que, a través de las cámaras de fototrampeo, puedan ser reconocidos en su vida adulta.
¿Cómo se cataloga cada ejemplar? Todos los linces ibéricos tienen un nombre que acompañará a su ficha dentro del registro a lo largo toda su existencia. Según su año de nacimiento, se le otorga un nombre a cada individuo que seguirá un criterio estricto: los ejemplares nacidos en 2002 fueron nombrados a partir de la inicial "A", los nacidos en 2003 con la letra "B", como en el caso de Betis, y así sucesivamente. Gracias a este método sabemos que K2 rondará los 8 años de vida, que Litio y Lechuza nacieron hace 7 años y que Nigeria acaba de cumplir 5. Los cachorros recién nacidos en 2021 portarán la letra S en sus iniciales.
Un lince ibérico pasea tranquilamente entre árboles del monte mediterráneo | Vídeo: Getty Images vía Wibbitz
Comienza con la S: salvación
Betis y Carraca abrieron la senda de la recuperación cuando la extinción les pisaba los talones. Lechuza, Litio y Nigeria han demostrado que el lince ibérico no tiene por qué convertirse en un animal mitológico que solo aparece en los libros de biología.
Con la S, los representantes de una nueva generación de linces tendrán el reto de hacer del futuro una realidad acompañados de más de un millar de hermanos. La joya de la corona de la fauna ibérica continúa en la carrera de fondo mejorando puestos, sólo el tiempo dictará sentencia.
Hay luz al final del túnel.
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Gráfico de mortes por ano

Projeto: Causas de morte do lince ibérico

A Reconquista do Lince Ibérico (Jogo)

1.º lugar na categoria “2.º Ciclo” – Agrupamento de Escolas de Vouzela
O Agrupamento de Escolas de Vouzela (EBI de Vouzela), Eco-Escola desde 2007/2008, apresentou um jogo informático intitulado “A Reconquista do Lince”, criado por um professor e por dois alunos do 5.º ano. O jogo, que já está disponível para ser experimentado, ainda vai sofrer algumas alterações por proposta da Fundação IBERLINX que está interessada no projeto e só depois serão lançadas as versões para computador, smartphone e tablet. (versão experimental).