La llamada del celo del lince ibérico
Nuestra naturaleza guarda como uno de sus tesoros más preciados la presencia del felino más amenazado del mundo: el lince ibérico, que tiene en estos días su periodo de reproducción
Un lince ibérico en la Sierra de Cardeña. (© Carlos de Hita)
Por Carlos de Hita
Escuchamos un grito por la supervivencia, una de las llamadas que mejor simbolizan la naturaleza más agreste y amenazada. En el momento más frío del año, durante las largas noches de enero, los linces ibéricos entran en celo. Al final del crepúsculo, contra un cielo despejado que presagia una helada nocturna, una hembra lanza una serie de maullidos en todas las direcciones.
Vídeo/Audio: © Carlos de Hita
Ha habido suerte pues las gatas son muy silenciosas y puede pasar mucho tiempo desde que emiten una serie hasta la siguiente. Por encima de ese sonido, como pespunteando el ambiente, se escuchan los sutiles chirridos de los lirones caretos, en celo también.
Familia de linces ibéricos. (© Carlos de Hita)
A la vez, llaman en el monte los búhos reales mientras cacarea una perdiz, espantada –y con razón– por su sonora presencia. Por último, en una charca cercana, una balsa de riego, dormitan unas grullas.
La llamada del celo del lince ibérico
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